sábado, 2 de diciembre de 2023

  TERTULIA PLAZA DE           SAN NICOLAS


Hoy nos hemos reunido entorno a la Escuela De Artes Aplicadas y Oficios Artísticos Mateo Inurria porque en la sala de exposiciones de esta escuela ha expuesto nuestra compañera de Tertulia y amiga Rita
En su catálogo de la pintora, RITA RUTKOWSKI
Juana Castro dice que “Forma ya parte del paisaje y de nuestras vivencias. Córdoba no estaría completa sin ella, que vino desde Nueva York pasando por Italia, con sangre polaca y ojos que se abrieron en las luces de Londres.


No podemos renunciar a Rita. Desde que llegó, en los años 50, su mirada nos acompaña y nos ha enriquecido. Córdoba es menos provinciana gracias a ella. Como si nos hubiera hecho recorrer más deprisa el espacio, además de los tiempos, para decirnos en sus telas y en sus tablas que el mundo es múltiple y la visión diversa. Que todo está todavía por decir.


No fue fácil esta Córdoba nuestra que eligió para quedarse. Llegó ya con figura y vocación de artista, y ahora lo sabemos, después de su trayectoria, que es una clásica contemporánea. “¿Te vas a pasar toda la vida leyendo cuentos de hadas?”, le dijo su padre cuando tenía doce años. Y entonces se plantó en la biblioteca, y de un trago se leyó a Dostoyevski. Luego, todo Kafka.
A Rita la conocimos en los años 70, y el tiempo nos la ha hecho cercana y entrañable. Adelantada a la experimentación, participante en la actividad social más vanguardista y testigo de todas las apuestas. ”


Miguel Clementson Lope, Director EASD Mateo Inurria, de Córdoba opina que la artista neoyorquina Rita Rutkowski expone a título individual sus trabajos en la Sala Mateo Inurria, “un espacio plástico que ha sido desde siempre especialmente grato a esta creadora, pues en él ha podido dar despliegue en absoluta libertad a sus particulares posicionamientos programáticos, al tiempo que ha podido difundir entre los jóvenes artistas —aún en gestación— los fundamentos ideológicos y estéticos que en cada caso han dado nuclear sentido a todas y cada una de sus siempre admirables y vivificantes composiciones.
Nacida en Londres, de padres polacos que en 1933 —contando Rita con apenas un año de edad— emigraron a Nueva York, metrópoli donde dará desarrollo a su formación artística, que se secuenciaría con reconocido aprovechamiento por su parte en el Liceo Washington Irving y en la Cooper Union, institución que aplicaba los métodos y conceptos desarrollados por la Bauhaus, bebiendo de las fuentes de la generación beat norteamericana y de los artistas más significativos del expresionismo abstracto que, junto a Francis Bacon, ejercieron una clara influencia en su pintura. Trasladada más adelante a Córdoba, donde se asentó con apenas veintisiete años y ha transcurrido la mayor parte de su biografía, sus recursos y referencias creacionales han permanecido no obstante poderosamente estigmatizados por la presencia vivífica de la ciudad de los rascacielos, donde había gestado los precisos apoyos teoréticos y dado desarrollo a las necesarias experiencias formativas durante su infancia y juventud, de suerte que quedaron ya allí definidos los cimientos de su concepto estético, a cuya fuente exuberante acude periódicamente para armonizar tanto la esencialidad cromática de sus composiciones como el conciso y minucioso andamiaje estructural de la mayoría de sus trabajos.
La obra de Rita Rutkowski se fundamenta siempre en premisas constitutivas esenciales: con un leve y referencial asiento figurativo dialoga con el espectador a través de la forma en su pureza más extrema; seguidamente, sumerge estas estructuras en una atmósfera genuina, tan personal y exquisita que sólo cabe rendir cabal asombro y justa pleitesía ante el poder enigmático y persuasivo de sus delicadas tonalidades.


Lo que realmente preocupa a Rita es plasmar lo que ha de constituir la auténtica esencia de la obra final, lo que hay de intangible en cada una de estas improntas aprehendidas: la recreación de la atmósfera, la plena representación del aire o de un soplo de viento, la cadencia de los sonidos, el olor que satura ese espacio… toda una síntesis de valoraciones sensitivas que impactan y penetran en el espectador a través de su retina, y lo documentan acerca de las capacidades valorativas, cognoscitivas y espirituales de la artista.
La práctica de la pintura ha supuesto para Rita una auténtica panorámica existencial rigurosamente biográfica, que nos documenta puntualmente acerca de una progresión estética gestada como síntesis objetivadas de vivencias creativas, manifiestas desde un impulso generador de carácter evolutivo. En otros casos, el afán de búsqueda es quien dirige el pulso compositivo de las obras.



El proceso en sí se constituye en guía y en fin, y es la propia pintura la que marca la pauta a seguir, de manera que, a veces, una línea o una simple mancha es la que sugiere el camino por el que adentrarse en la búsqueda de nuevos campos de expresión. La artista se introduce en una senda por la que nunca ha deambulado y encuentra un mundo fascinante, ajeno a sí mismo, extraño en este caso a sus propios acontecimientos vitales”.
Finaliza Miguel Carlos en su espacio dedicado a Rita que, “opina que lo importante en el arte son las ideas y mientras haya ideas en su cabeza éstas irán tomando forma sobre el soporte pictórico, de tal manera que una obra conduce a otra obra, y ésta a otra, como una concatenación de pensamientos —a train ofthoughts—. Es la obra quien decide cuándo ha de ponerse fin a una línea argumental, siendo ésta la que empuja hacia adelante a la artista. Al margen de este vórtice succionador que determina un puntual programa sobre su dinámica de trabajo, paseando por la calle o incluso durmiendo eclosionan flashes de ideas de manera constante.
En pintura, más si cabe que en la propia vida, lo que realmente apasiona son los medios; el fin, en rigor, casi no debería importar al artista, porque es el momento en que el cuadro se escapa de su dominio, pasando entonces a constituirse en objeto susceptible de ser visualizado y valorado por los demás, por la sociedad expectante”.
Y es que Rita como la mayoría de los buenos pintores abstractos conjugan el pincel, la pintura y la poesía en un solo sentido, la vida.
Hoy estuve intentando recoger la manifestaciones de ella sobre cada cuadro, para intentar publicar un artículo de la exposición en la revista Tertulia próxima salir y veo una gran dificultad. Tantas cosas ha manifestado, ha dicho, ha comentado y ha suspirado al ver y explicar su obra que no sé si habría espacio suficiente para transcribir todas sus respuestas. Lo intentaremos.
De todas maneras, les recomiendo acudir a la Escuela Mateo Inurria en plaza de la Trinidad para contemplar esta exposición sencilla, moderna y profunda. Y llena de poesía.

Por: Antnio Cañadillas