

Manuel Saco Córdoba, nacido el 9 de mayo de 1943, en la tierra
de la Mezquita, pertenece a una de las dinastías toreras más importantes y
extensas de la ciudad de los califas.
Manuel es nieto de uno de los subalternos más destacados de la
historia torera de Córdoba, Manuel Saco León, apodado “Cantimplas”, que estuvo
a las órdenes de “Joselito el Gallo”. Existe una anécdota que nos da idea de la
consideración que le tenía, a su abuelo, el malogrado maestro de Gelves; en una
ocasión, el resto de la cuadrilla de “Joselito”, algo celosa por el trato
especial que el maestro le tenía al de Córdoba, le dijo: -maestro… ¿no sabemos por
qué le tiene usted un trato tan especial a Manuel, si casi nunca se dirige
usted a él? El maestro contestó: ya os diré yo en su momento para qué lo
necesito. Pronto llegó la ocasión. Un día que salió un toro complicado,
aquerenciado en tablas, cuando “Joselito” vio que los demás no podían con él,
le dijo a “Cantimplas”: - Manuel, sácalo de ahí-, lo que Manuel resolvió con el
poderío que le caracterizaba. Acto seguido, “Joselito” se dirigió a los demás y
les dijo: -¿estáis viendo para que necesito yo a Manuel?..., para momentos como
éste-
Manuel Saco León “Cantimplas” casó con una hermana del padre de
Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”. Del matrimonio nacieron Rafael Saco
Rodríguez “Cantimplas”, también conocido por “El Pelu”; José, conocido por “El
Niño Dios” y Fernando, apodado “Fernandi” que casó con Concepción Córdoba Ruiz,
naciendo de este matrimonio nuestro protagonista Manuel Saco Córdoba.
Tía de Manuel Saco Córdoba e hija de Manuel Saco León fue Carmen
Saco Rodríguez, que casó con Rafael Sánchez Sánchez, novillero conocido también
como “Camará II”, padres de otra importante dinastía torera
cordobesa: Rafael, Manuel, Francisco, José, Fernando y Antonio Sánchez Saco.
Hermano de “Camará II” fue José, padre de la dinastía Sanchez-Fuentes.
Como vemos, Manuel Saco Córdoba pertenece a toda esta extensa
dinastía torera cordobesa relacionada anteriormente.
En sus inicios, frecuentaba el matadero municipal, donde el
matarife José Cuevas Ojeda, padre del pintor y fotógrafo taurino José Luis
Cuevas Flores, le enseñó a utilizar la puntilla con las reses, herramienta que
también construía y que a veces suministraba al citado matadero y a algunos
profesionales taurinos.
Manuel Saco Córdoba debutó como subalterno en Bélmez, en 1960,
en novillada sin picadores. Como matadores figuraban Manuel Cano “El Pireo”,
Joselito Torres y “Romerito”. Esta novillada estuvo a punto de suspenderse por
falta de banderilleros, de ahí que a Manuel le propusieran participar en ella,
junto a su padre “Fernandi”, Enrique Roldán y sus tíos “Pelu” y “Niño Dios”.
Desde entonces actúa suelto en distintas cuadrillas, alcanzando
la temporada de 1961, los 105 festejos, junto a maestros como “Parrita”,
Fernando Tortosa, “El Hencho”, Juan Montiel, “El Mesías” y su primo Antonio
Sánchez Saco “El Tato”.
También como subalterno actuó a las órdenes de rejoneadores como
don Álvaro Domecq, o don Manuel Vidrié, y finalmente con don Luis y don Antonio
Domecq.
Se despidió como subalterno en su tierra natal, en el ciclo
ferial de mayo de 1999, y finalmente deja la profesión en el mes de octubre
tras una actuación en Zafra (Badajoz).
Su vida profesional como subalterno la alternó con su otro
oficio como carpintero, realizando rejones para la casa Domecq y otros
rejoneadores, así como fabricando estaquilladores, actividad que continúa hasta
la fecha.
Actualmente continúa su actividad como constructor de los
citados utensilios taurinos, con la que sigue apegado a lo que ha sido su vida:
el toro, ejerciendo además, hoy día como buen aficionado, con el que comparto
muchos momentos de tertulia y la buena amistad que nos une.
jose luis cuevas flores
jose luis cuevas flores